Yo nunca
Yo nunca te habría hecho daño.
Yo nunca te hubiese herido.
Yo nunca te habría traicionado.
Porque mi consciencia y mi voluntad
nunca me lo habrían permitido.
Yo siempre te hubiese respetado.
Yo siempre te habría cuidado y protegido.
Porque eso hacemos los que sabemos amar.
No te lo decía con palabras.
Porque las palabras son frágiles
y a las palabras se las lleva el viento,
pero te lo demostré en cada uno de mis actos.
Te lo demostré con mi energía,
te lo demostré con mi intensidad
y a través del brillo de mi mirada.
Yo nunca te habría fabricado una cárcel.
Yo cual Sherezade:
Te habría escrito uno y mil versos
para que tú cada noche
volvieses a dormir conmigo.